Friday, December 10, 2010

¿La Belleza – Dependiente de, o antónimo de, la perfección?

-¡O! – ella me dijo de repente. – ¡Yo sé ahora de quién estás hablando! ¿El europeo, el chico guapo, alto, que lleva las camisetas pequeñas? ¿Lo llamamos ‘Hanz’ por su pelo rubio… le gustas, realmente? Cada vez que él camina por nuestro pasillo mis amigas y yo salimos de nuestros cuartos para verlo…”
Me senté allí en la biblioteca, mirando a mi amiga con alegría porque ella ya sabía de quién yo estaba hablando. Me gustaba que ella también pensara que Ethan era guapo.
Este era su nombre, Ethan. Yo lo sabía porque éramos amigos. Yo no sabía mucho de él, pero pensaba que sí. Por ejemplo, Ethan venía de un pueblo pequeño en Europa, (¡qué exótico!), y podía hablar cinco idiomas. Tenía ni uno ni dos sino tres especialidades en la universidad, le gustan los deportes, y era un escritor y músico. ¡Qué romántico! Lo que me gustaba mucho era lo tanto que teníamos en común, y que él tenía tantos intereses. En mi opinión, Ethan era el hombre más bellísimo que había conocido en mi vida.
Uso la palabra “hermoso,” como término que toma en cuenta tanto la personalidad como los aspectos físicos de una persona. Siempre he dicho que la personalidad define la belleza, y a mí, Ethan me parecía fascinante. Él ponía emociones profundas en sus canciones y sus libros, y siempre tenía algo interesante para añadir a las conversaciones. Era fácil obsesionarme con él, pero lo que me fascinó más era que él quería ser mi novio.
Cuatros semanas después, Ethan y yo estábamos preparándonos en su cuarto para ir al gimnasio. Yo estaba emocionada; después de un mes de ser novia y novio finalmente íbamos a hacer algo que teníamos en común: jugar deportes. Yo estaba lista; siempre he sido una chica que puedo prepararme muy rápido. Pero cuando empecé a caminar por la puerta al pasillo me di cuenta de que él todavía estaba en el cuarto. Reentré en el cuarto y encontré a Ethan congelado en frente del espejo, tironeando a su camisa estrecha atlética. Él se miró con ojos derrotados, y finalmente dijo,
-no puedo llevar esta camisa. Estoy gordo.-
Con un montón de sorpresa, dije,
– ¡no eres gordo tonto, eres guapo! –
Pero la mirada que él me dio en este momento me calló rápidamente. Eventualmente él cambió su camisa, y fuimos al gimnasio. Pero por el resto del día él estaba triste, con poca paciencia, y cruel conmigo.
En los meses que venían, yo aprendí rápidamente que los cumplidos que yo estaba tan dispuesta dar eran malos para el bienestar de mi relación con Ethan. Cada vez que yo decía algo como: - ¡Tú eres muy guapo! - recibía como repuesta – ¡No, te equivocas, no me digas eso! - Y mi querido novio pasaba el resto de la noche diciendo, repitiendo, todas las cosas que no le gustaban de él mismo, y cada razón por la que yo no tenía razón, porque yo no tenía ninguna idea de lo que yo estaba hablando.
Pasamos el verano juntos. Ethan estaba siempre contando las calorías en frente de mí, pidiendo que yo no lo mirara cuando se sentía “gordo.” Él nunca quería oír mi opinión, ni daba ninguna significancia a lo que yo pensaba de su apariencia. Había un montón de personas en el mundo y estas extrañas eran las que él quería impresionar. A pesar del dolor que yo sentía, me quedé con él, y poco a poco, yo también empezaba a creer que mis imperfecciones me impedirían tener una vida feliz. Él me dijo que sólo quería la perfección para él mismo, y que yo ya era magnífica. Pero yo conocía mis propias imperfecciones y me hacían sentirme triste y fea.
Puedo entender ahora por qué este chico había parecido tan guapo. Todo lo que yo había sabido de él era exactamente lo que él había querido que yo supiera: los hechos de su origen exótico, su inteligencia y sus honores intelectuales. Eventualmente yo aprendí más de sus intenciones. Su talento con la guitarra (uno de los aspectos de él que más me encantaba), era nada más que el resultado de su esfuerzo de ganar la atención de las chicas en el colegio. Y la razón que él jugaba deportes era porque tenía miedo de perder sus músculos abdominales. Yo solamente había conocido los partes de él que élhabía escogida mostrar. Me di cuenta de que yo había elegido a este chico por sus calidades impresionantes y no por su personalidad real.
Ethan me decía continuamente que él estaba feo y gordo, y que él no tenía talento ni inteligencia. Me gustaría decir que no lo creía, pero poco a poco empezaba a sentir su inseguridad cuando estaba con él. Sus “imperfecciones” nunca me molestaban; Era su obsesión con ellas que enturbiaba sus calidades asombrosas. Yo tenía el deseo de salir, y pasar mi tiempo con personas que no me obligaran a compartir esta obsesión.
Una noche, semanas después de que rompí con él, leí otra vez un libro que él había escrito y me había mandado. Tenía una trama bellísima, llena del amor y personajes con emociones profundas. Me pregunté dónde había estado el autor cariñoso durante nuestra relación. Su pasión ha desaparecido, su sonrisa bellísima había estado ausente. Él había estado perdido siempre en su mundo de fantasía, imaginando que todo sería perfecto si él pudiera hacer una flexión más, o aprender una canción más por la guitarra. Como resultado de esto, no sabíamos casi nada de nuestras personalidades reales. Nunca compartimos más que esta obsesión y yo estaba continuamente en la presencia de un crítico.
A veces veo a Ethan, caminando por campus, yendo a clase. Según sus amigos, él todavía está en busca de la perfección, y para completar su conjunto, una novia perfecta. No la soy, y no la quiero ser.

4 comments:

  1. El ensayo sin duda es muy interesante. No había leído un estilo así antes, me llamó mucha atención. Pude sentir la honestidad en tu ensayo, y me convenciste que la belleza no es todo. Puedo sentir tus sentimientos y tus pensamientos de la belleza.

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  2. El buscar de la belleza es una situación tragica en el mundo. Muchas personas acaban a fin tratando de cambiar sus cuerpos en maneras drasticas como la curgía plastica. Pienso que en nuestra sociedad hay demasiada atención en la belleza y los ninos pagan las consecuencias.

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  3. Heidi,
    Me gusta su comparaccion, creo que la belleza es antonimo de la perfeccion. La perfeccion no debe ser un parte de la belleza, porque nadie es perfecto, pero cada persona esta bella en su propia manera. Es muy triste que muchas personas buscar por la perfeccion y no aceptar su propia belleza.

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  4. Una metáfora para la belleza que me está encantando más y más (especialmente ya que me estoy envejeciendo!) es la de un bol (~ un cuenco) roto. Las rajaduras/las imperfecciones en él hacen que sea aun más bello que había sido antes de que se quebrara.

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