Yo estaba sentada a mi mesa con mi computadora, mirando la pantalla en blanco. Tenía la meta de escribir un ensayo sobre la belleza. Me mofé de la ironía. Que yo pudiera ser una experta en este tema cuando ni siquiera podía dormir suficiente a la noche anterior para prevenir las arrugas feas que ahora estaban grabadas en mi cara.
Suspiré, frotando mi cara con mis manos. La culpa era mía, después de todo. Yo había tenido intenciones de acostarme temprano la noche anterior, pero había encontrado una fotografía bellísima y había pasado toda la noche pintando. Me había levantado a las seis para correr y, como tenía un ensayo para escribir, ya no había tenido tiempo después para ducharme.
Cerrando mis ojos, traté de pensar en la cosa más hermosa que había visto en mi vida. En mi mente aparecieron imágenes estereotipadas: un lago con pájaros, una montaña con flores, y estrellas famosas del cine. Estas imágenes “bellas” nadaron en mi mente, pero me di cuenta de que no iban a ayudarme a escribir mi ensayo.
Entonces apareció una imagen de un parque. Era un parque normal, con colina inclinada, y tobogán rojo, oxidado. Iba a este parque con mi familia cuando era niña, después de la escuela, en el verano, y durante los fines de semana. Era un lugar lleno de memorias: de mirar las flores con mi madre, de venir en el invierno para bajar una colina gélida por tobogán. Es el mismo parque que paso cada día cuando corro, a veces mirando al sol subiendo desde las montañas, o a los niños jugando con sus familias. Cuando tenía diez años me hice daño en mi dedo mientras subía el tobogán. Lloré hasta que llegué a mi casa, como era un día terrible. Sonrío cuando pienso en ése día ahora porque es una memoria buena para mí. Este lugar sería normal, casi aburrido para cualquier otra persona, pero las experiencias que he tenido allí han quedado con su propia belleza. Por esta razón, este parque viejo es el lugar más hermoso del mundo en mis ojos.
En las ideas diferentes de lo que llamamos “la belleza” encuentro que estamos afectados en maneras diferentes por una idea abstracta. En el mundo de hoy es fácil pensar que el maquillaje, la ropa, y el aspecto físico tiene todo que ver con la belleza. Pero aceptar solamente este tipo de belleza es aceptar que dependemos de cómo aparecemos a las personas que nos ven, entregándonos a la idea que las personas no van a tomar tiempo a conocernos y descubrir los detalles que demuestran nuestra belleza real. La belleza estética existe, pero las memorias y las experiencias son conectadas con mis emociones. Lo que siento me afecta más de lo que veo.
Pienso que hay algo mágico en la idea que para todos, la belleza es distinta, especial. He encontrado una multitud de perspectivas en mi búsqueda de lo que significa la belleza para mí. No me importa si tengo una cara perfecta o ropa cara porque tengo fe en mi misma. Igualmente un lugar, como mi parque, sería normal, aún feo, en perspectiva de otra persona y al mismo tiempo sería hermoso en mis ojos. Son las conexiones personales que crean la belleza que siento al pensar en el parque pero no en otras imágenes “bonitas.”
Cuando tengo un día malo o si no he hecho un buen trabajo en mis tareas, o mis deportes, es más difícil tener fe en mí misma y por consiguiente siento las retribuciones cuando me miro en el espejo. En estos momentos breves la belleza puede ser mi enemiga, y me convenzo que necesito encarnar la perfección en la manera física de lo que llamamos la hermosura. En otros momentos es la belleza que me ayuda, y me inspira a continuar haciendo las cosas que me gustan, que me definen, y que me aseguran que yo soy magnífica.
Yo no sentía que iba a tener suerte con mi ensayo. Fui al baño, más que nada para distraerme de mi tarea porque estaba furiosa que no había hecho progreso. Me miré en el espejo por un momentito pero dejé de mirar rápidamente; no quería agitarme por mi mal aspecto. Mirando por encima del lavabo y por la ventana, vi el sol bajando sobre los tejados de Boulder. Imaginé que mi parque sería bellísimo a este tiempo de la noche y que sería magnífico sentir el aire fresco contra mi piel.
Tomé mi decisión en aquel momento. Dejando mis tareas y el espejo, salí de mi apartamento para correr.
Volviendo al ensayo introductorio, tengo ideas sobre la dirección en que quiero ir con el tema de “la belleza.” Por el ensayo que sigue, el ensayo de reseñas y comentarios de recursos, quiero explorar los mensajes e intenciones de algunos recursos en el tema der hermosura, dando énfasis en los efectos de la sociedad y los medios. Para la exposición me gustaría comparar la idea de la hermosura de tres o cuatro culturas diferentes. Para el ensayo libre quiero explorar un aspecto específico de la belleza, como los efectos de la presión en chicas jóvenes de ser “bella,” relacionados con trastornos de la alimentación, o la imagen personal. Finalmente, quería usar lo que he aprendido sobre la belleza para mi ensayo de persuasión. Mi viaje personal con este tema va a ayudarme a hablar de la belleza; quizás para hacer el argumento que la belleza no existe, o que existe por cada parte. No sé ahora qué revelación tendré, pero estoy seguro de que voy a aprender mucho por esto proceso y tener una opinión apasionada para discutir.